jueves, 3 de mayo de 2012

La provincia que la cooperación internacional olvidó en Marruecos

Nador siempre ha sido la provincia más desatendida y la que menos inversiones ha recibido por parte del gobierno marroquí, en especial la región del Rif. Tampoco la cooperación internacional la ha tenido en cuenta. Hasta hace muy poco, menos de 15 años, casi no se desarrollaban proyectos en el norte de Marruecos. Su principal carencia es una red de abastecimiento de agua potable, mejoras en los centros educativos, sistemas de saneamiento y cobertura sanitaria básica.  Sus habitantes triplican el censo oficial, los rifeños llegan a las 700.000 personas.

Ait Tayer es un pequeño pueblo a las afueras del ayutamiento de Boudinar, muy cerca de Algeria. Sus 300 habitantes viven a 90 kilómetros de la capital de provincia y el río más cercano está a hora y media a pie. Caminar hasta allí era la única forma que tenían para conseguir agua hasta que, hace poco más de un año, la cooperación de la española Asamblea por la Cooperación por la Paz (ACPP) con la marroquí Asociación Thissaghnasse para la Cultura y el Desarrollo (Asticude) ha puesto en marcha un proyecto de canalización de agua. Juntas han construido un pozo, mejorado la potabilidad y hecho un depósito de agua para el verano.

 ACPP  trabaja desde 1999  en el norte de Marruecos en donde ejecuta 19 proyectos. Su manera de trabajar consiste en contactar con una contraparte que diagnostica las necesidades de la población. Una vez analizado el proyecto, estudia la financiación. En el caso de la iniciativa en Ait Tayer colabora el ayuntamiento de Zaragoza.

El mantenimiento de los proyectos lo llevan al cabo los beneficiarios. El pozo lo gestionan los vecinos de Ait Tayer de forma asamblearia. El asociacionismo entre ellos ha hecho crecer a la comunidad. Hamis Salhi, su presidente, señala que “antes la gente se marchaba y ahora empiezan a llegar”. La organización entre los vecinos hace que aumente la participación social de la zona y que tengan el control de sus propios proyectos.

El coordinador de ACPP en Marruecos, Nino Caradonna, denuncia que Mohammed VI, en 2011, firmase la construcción del macro complejo residencial y turístico Atalayoun e inaugurase el nuevo canal que une la Laguna de Marchica con el mar Mediterráneo que al país le ha supuesto un desembolso de 380 millones de dírhams (1€ = 11,7 dirhams). Lo critica, pero no ha iniciado ninguna campaña al respecto. También hace una autocrítica a la cooperación internacional que no ha sabido actuar antes en el Rif, una zona en la que el idioma y el pueblo árabe es minoría, con profundos problemas de infraestructuras, y, que hasta hace poco más de un año, su lengua tamazight no estaba reconocida ni se hablaba en las escuelas. Una tierra a la que el gobierno marroquí siempre ha dado la espalda conjunto al país con el que limita, Algeria.

 La cooperación, entendida como la colaboración entre iguales, tiene que fijar una contraparte que dictamine las necesidades del pueblo y sepa transmitir el proyecto a los beneficiarios y que ellos, desde el primer momento, lo sientan y lo hagan suyo. Silvia Álvarez Fernández, parte del equipo de ACPP en Nador, explica que para ella "la cooperación empieza cuando despierta la conciencia".

La conciencia se queda corta si no hay formación, implicación y madurez. La cooperación internacional necesita urgentemente una profesionalización del sector. Conjunto los proyectos, hay que cambiar las relaciones políticas actuales para que dejen de potenciar las desigualdades económicas. Y para ello se hacen campañas de denuncia, presión política que investigue y replique los discursos oficiales. Un pueblo desigual no puede ser libre. Al final y al cabo los rifeños son amazighs y deberían ser lo que significa, “personas libres”.

lunes, 2 de abril de 2012

La historia de la chimenea de humo que pintó el cielo de Santiago de Compostela


 Llevan 48 horas ocupando la Facultad de Historia e Xeografía, el emblema de las protestas estudiantiles en Compostela. Son en torno a 50 personas, la mayoría estudiantes. No han tenido tiempo a ducharse y menos de la mitad han podido dormir bien estos días.

Son las 9 de la mañana. Cuando llego están terminando de desayunar. Cuentan cómo ayer por la noche miembros de CCOO y UGT cerraron por la fuerza los bares de Porta Faxeira, en la entrada de la rúa do Franco. La mayoría no son activistas. Ocupan con el fin de crear una comunidad y tener un espacio en el que desarrollar actividades e informar sobre la reforma laboral. La ocupación ha sido de forma pacífica, para ellos es “unha forma máis de loita”.

A las 9 y media de la mañana se forma una asamblea en una de las aulas. Somos más de 80 personas. A ellos mismos les sorprende que seamos tantos. Alguien se acerca a la pizarra y explica la estrategia para formar los piquetes. El plan incluye 3 barricadas. Cada una tendrá un grupo que la forme y defienda. Se harán en Virxe da Cerca, rúa que bordea la zona vieja y pasa por detrás de la Facultad. Se escoge por cercanía y para poder escapar por el parque de Belvís, que está al otro lado de la calle.

La primera barricada va a recibir el encuentro directo con la policía, que llegará desde Plaza Galicia. Si detienen o cargan contra alguien, ellos serán los primeros. La forman los más veteranos y ninguno duda. La segunda es en la misma calle, justo después de la primera. El tercer grupo tiene que, nada más desalojar la Facultad, tirar los contenedores que unen Virxe da Cerca con la zona vieja.

Son las 11 de la mañana. CCOO y la CIG, Confederación Intersindical Galega, están haciendo piquetes. Es ahora cuando la policía está más dispersa. Aprovechan y desalojan la facultad con la cara ya tapada. Después de que volcar los contenedores, el tercer grupo se une al segundo. La primera barricada está llena de neumáticos y las llamas superan el metro de altura. La segunda, en cambio, no consigue encender. Pregunto qué pasa. Hay un desconcierto general. Se escuchan las sirenas de la policía. Todos saben que si esperan mucho para escapar, las barricadas se convertirán en su propia ratonera. Con inquietud y reiteración, piden un mechero. Alguien descarta la idea: No queda gasolina. Tampoco hay neumáticos, todos están en la primera barricada. La falta de organización queda al descubierto.

 La primera barricada ya tiene a la policía encima. También está repleta la zona vieja. Sólo hay dos vías de escape: la propia rúa da Virxe da Cerca en dirección San Roque y el parque de Belvís. Santiago es muy pequeño, en poco tiempo estarán acordonados.

La piña que formaban el segundo y tercer grupo se divide. Una minoría pasa a defender la primera barricada. El resto huye por el parque con el pretexto de, una vez allí, re-organizarse. Nunca se habían dejado de escuchar las sirenas. Acostumbrada a no sentirlas tan cerca de mí, sin parar, quietas, a mi lado, noto como el nerviosismo aumenta. Desde la primera barricada empiezan a soltar petardos, bombas de palenque y arrojan a la policía cosas que no consigo distinguir por el humo. Nadie nos había contado esto. No sé qué más tienen. Me voy con la mayoría.

Mientras corren hacia el parque se van cambiando la ropa. Quitan las cazadoras y las ropas con las que tapaban la cara. Las mujeres también se sueltan el pelo. El aspecto es totalmente diferente. Algunos tiran la ropa que han usado a la basura. Caminamos. Al llegar al parque, suben por una cuesta a la casa de uno de los del grupo. Por primera vez vemos la chimenea de humo que sale desde el centro de Compostela.

En el piso cuento 15 personas. Comienzan a actuar los teléfonos. Dudo de si es prudente realizar llamadas justo ahora. Cogen el teléfono. Han llamado a una de las personas que se habían marchado a primera hora de la mañana, al considerar las barricadas demasiado arriesgadas. Están en la Plaza Roxa, esperando a que salga la manifestación organizada por la CIG, en donde participan diferentes grupos de carácter nacionalista, comunista, ecologista y anarquista. Se descarta una nueva actuación. Nadie se opone de forma directa.

Abandonamos el piso en grupos de 2 y 3 personas. Mientras caminamos hacia la Plaza Roxa vemos pasar un camión de bomberos. Me pregunto qué habrá pasado con el resto, si estarán bien y en qué ha beneficiado la actuación de la mañana. A lo largo de la manifestación, veo a personas que han estado conmigo en el piso. Ni siquiera nos saludamos.

Al terminar, a las 14.30 horas, todos los manifestantes, de la CIG y CCOO, entran en los bares de Porta Faxeira.

martes, 20 de marzo de 2012

No le corten a Siria las raíces


Un año después, los ataques contrarrevolucionarios de Bachar al-Asad prosiguen. Ha sido un año cubierto de represión y crímenes llegando a los 8.000 muertos, según los datos ofrecidos por el secretario de la ONU Ban Ki Moon este 15 de marzo. A esta alta cifra de muertes se le añaden las cerca de 200 mil personas que se han visto obligadas a dejar su hogar y los 35 mil sirios que sí han conseguido cruzar la frontera hacia campamentos en países vecinos, según los datos facilitados por ACNUR. Esta situación ha llevado al debate internacional sobre si se debería o no intervenir militarmente en el país.

La Liga Árabe ha emprendido acciones como la congelación de los fondos sirios o el cese de las transacciones comerciales con su banco central por incumplir el plan de paz árabe. Tampoco existe ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que ampare dicha intervención. Además, Kofi Annan, diplomático enviado por Naciones Unidas, comienza a conseguir resultados. Por lo de ahora, se han fijado unas elecciones sirias para el 7 de mayo que, pese la manifestación de boicot por parte de la oposición al régimen sirio, todavía siguen en pié.

Otra complicación la pone el fiel apoyo al régimen por parte del Ejército nacional, uno de los más poderosos de Oriente Medio. Además, la costa siria es pequeña para una intervención por mar (en torno los 190 km) y su relevo físico montañoso complicaría mucho el avance por tierra. Con todo, la dificultad geoestratégica no está sólo ahí.

Siria tiene una posición muy complicada en el mapa. Por una parte está Israel que en 1967 ocupó parte de Siria y ésta, desde la guerra del Yomkipur en 1973, no ha vuelto a realizar ninguna acción militar con el afán de recuperarlo. Tampoco pinta un escenario mejor en El Líbano, Iraq o Turquía, aunque la guinda corre a cargo del Estado iraní.

Irán, aliado de Siria, rico en petróleo y con un programa nuclear en marcha, es la pieza más sensible del conflicto. Tan sensible que si finalmente las potencias de Occidente consiguen hacerse con el devenir sirio, Irán quedaría totalmente aislado. De este modo, están en juego intereses que no tienen nada que ver con los problemas que sufre la población siria. Tanto que, Qatar, uno de los emiratos más poderosos de la región, reduce erróneamente este conflicto a una cuestión étnica tachándolo de “genocidio” a base de un discurso contra-chiíta. Qué casualidad que el país de mayoría étnica chiíta sea en realidad Irán.

El déficit que vive Siria es la evidencia de que no podrá aguantar mucho más las sanciones y presiones económicas. A esto se le junta la reciente deserción del viceministro de Petróleo, Abdo Hussameldin, el apoyo de China y Rusia para alcanzar una solución política no armada y las intervenciones diplomáticas en curso de la ONU y la Liga Árabe. Con todo esto en marcha y en el mapa, una intervención militar en Siria tan sólo podría causar nuevos conflictos, tanto internos, por no haber una oposición clara y organizada, como externos.

La caída del régimen de Assad debe ser de los trabajadores, de los campesinos y de la población oprimida de Siria porque sólo de esta manera podrán escribir su propia historia y llegar a un gobierno popular propio. Mientras tanto, se nos presenta el conflicto sirio sin tener en cuenta su historia y su complejidad, como si se tratase de un árbol sin raíces.